Guía en mano descubrí algunas plantas que para mí eran míticas. Las había leído en libros, las había oído en relatos y películas, pero desconocía su aspecto. La genciana (
Gentiana lutea), por ejemplo o el rododendro o azalea(
Rhododendrom ferrugineum L.). Nombres de poderosas resonancias curativas que convocaban druidas,
remeieres, chamanes y curanderos por igual. Pero también descubrí otras totalmente nuevas para mí como el bàlec (piorno) que daba al ambiente un intenso aroma verde, el panical blau (cardo del puerto) o la espunyidella (galio). En verano, un viaje a las montañas nos recuerda lo poco que sabemos y lo mucho que hay por aprender.
Durante la expedición, lo fundamental es cuidar tu cabalgadura. Al llegar a tu destino, lo primero, asegurarle un buen pasto, agua y un árbol bajo el que sentirse protegido. Cepillarlo y limpiarle los cascos antes y después de cada jornada. Sólo cuando esto esta resuelto puede uno descansar y ocuparse de sus necesidades. Es lo mínimo que se puede hacer por quien carga con todas tus cosas.