Entiendo que recolectar plantas silvestres para la producción de colonias, aunque no sea en cantidades industriales, puede plantear alguna que otra pregunta. En todo caso nosotros nos las hemos hecho, nada más comenzar a pensar en este proyecto. ¿ puede hacerse sin dañar el equilibrio del ecosistema? ¿ puede afectar al desarrollo de la planta? ¿ en qué medida puede eso transformar el paisaje? Era fundamental, para nosotros, tener las respuestas antes de comenzar.
A través del IAEDEN / Salvem l’Empordà (Institució Alt Empordanesa per a l’Estudi i Defensa de la Natura) contactamos con Sandra Saura, bióloga ambientóloga estrechamente ligada a la comarca por sus colaboraciones con el Parc Natural de l’Albera, el Parc Natural de Cap de Creus i el Parc Natural del Montgrí. También es una remeiera respetada, dentro del cerrado círculo local y conoce muchos remedios y aplicaciones de primera mano. A pesar de eso (o por eso), Sandra es joven y además, entrañable, apasionada e intrépida. La colaboradora ideal para BRAVANARIZ.
Juntos hemos trabajado para diseñar un protocolo de recolección sostenible que se ajuste a cada especie. Porque no todo sirve para todo de la misma manera. En algunos casos es mejor seleccionar individuos y llevarselos enteros. En otros, podar simplemente las sumidades floridas. Algunas plantas, necesitan quedarse con algunas flores para asegurar su preproducción y la supervivencia de los insectos que las polinizan. No se puede aplicar el mismo sistema en un matollar de la plana, que en un alzinar en las montañas.
Esta pasada primavera (2016) efectuamos una serie de muestreos en las zonas, anteriormente seleccionadas para la recolección. Pasamos horas bajo el sol, rodeados de aromas intensos y embriagadores, con la banda sonora de un ejército de insectos en plena actividad recolectora. Más de una vez tuvimos la necesidad de pedir perdón a alguna abeja por competir con ellas de una forma tan desigual. Pero, la verdad es que no les importamos lo más mínimo.
Los muestreos nos han proporcionado mucha información, tanto sobre la densidad como la calidad y el estado de las principales especies que BRAVANARIZ piensa utilizar en sus formulaciones: romero, tomillo, estepa negra, estepa blanca, cap d’ase, pino blanco, hinojo, enebro y ciprés.
Ahora, no solo estamos convencidos de la viabilidad del proyecto, respetando completamente el equilibrio medioambiental sino que creemos posible, en algunos casos, favorecerlo, ayudando a ciertas especies a desarrollarse y a otras a frenar su capacidad invasiva.
Como dice Sandra, las plantas no nos necesitan, ni nos han necesitado jamás. Ellas siguen ahí, y seguirán ahí mucho después de nuestra extinción. Pretender otra cosa no es más que otra de nuestras fanfarronerias. Pero puestos a aprovecharnos de las infinitas propiedades y cualidades de las plantas, no está de más, hacerlo con sumo respeto y a ser posible, molestando lo menos posible.
Para BRAVANARIZ esta es una prioridad fundamental, que no pensamos abandonar. Más allá del muestreo y el estudio, seguiremos haciendo un monitoreo controlado de las zonas de recolección habituales, que nos sirva para valorar el efecto de nuestras acciones y así poder reaccionar en consecuencia. En definitiva se trata de conservar el paisaje. Nuestro paisaje.
Enlaces relacionados:
La empresa de Sandra. www.cebcat-labalca.cat