
El paisaje nos conforma. Para la genial Annie Dillard el paisaje y el entorno natural es como el cuenco que da forma al agua. No cambia su aspecto o su composición, pero le da forma y la contiene. Para mí se hace evidente cada día que pasa en este Empordà que he escogido como hogar. Siento su enorme influencia en mí y en aquellos que tengo cerca.
Pero el paisaje no es siempre el mismo. Más allá de su orografía, el tipo de tierra y vegetación o el curso de los ríos, todo paisaje sufre cambios que tienen que ver (dejando a parte los destrozos humanos) con las distintas estaciones y las condiciones meteorológicas. Y esas transformaciones del paisaje, también nos afectan. Y nos afectan mucho más de lo que queremos reconocer.
Así como el comer de temporada nos hace bien, el oler de la temporada también tiene efectos directos en nuestro cuerpo.
De hecho, es bastante obvio, así como las diferentes luces, colores y temperaturas nos afectan a lo largo del año. Es innegable que cada estación tiene su olor y no hace falta gastar palabras aquí para comprobar que el olfato tiene un enorme poder transformador.
Dejarnos afectar más por los ciclos y cambios de la Naturaleza, lejos de debilitarnos, nos conecta de forma poderosa con algo que va mucho más allá de nosotros mismos.
Usar nuestros perfumes (cualquiera de ellos) es una forma de hacerlo de forma consciente.

Las estrategias de marketing de la industria llevan mucho tiempo utilizando las estaciones como un estimulador de compra y rotación, inyectando en las necesidades de los consumidores más culturales que fisiológicas. Lo hacemos, pero de una manera completamente diferente.
Lo que promueve el marketing de la industria no es tanto acomodarse a las estaciones y el medio ambiente sino evitar sus inclemencias.
En invierno, proponen aromas de interior, maderas cálidas y especiadas, olor a galletas caseras y lana acogedora junto al fuego. Este no es el olor del invierno, sino el olor de nuestros intentos de evitarlo.
Lo mismo ocurre en verano. Con el calor, todo el mundo apuesta por los frescos perfumes cítricos y notas marinas cuando todo el mundo sabe que la época natural de las naranjas y los limones es el invierno.
Bravanariz propone otra forma de oler de temporada. En primer lugar, anima a la gente a salir, en primavera, otoño, verano o invierno y oler para disfrutar de las grandes maravillas aromáticas de la Naturaleza. Pero también trae la naturaleza a casa, para sentir sus beneficios y volver a conectarse con sus ciclos. Nuestros INSIDE SCENTS, invitan a la gente a practicar ese oler de temporada en sus casas.
No elaboramos perfumes de temporada. Las estaciones están en ellos.
