¿Natural?
La palabra natural está en boca de todos, y como suele pasar su uso (y mal uso) desgasta su efecto y diluye su significado hasta perder toda consistencia. Por eso creemos que es importante definir claramente a qué nos referimos cuando decimos natural, para entender que nuestras capturas olfativas están hechas con aceites esenciales 100% naturales.
Aunque no nos consideramos una marca de perfumería, es fácil y comprensible que se nos etiquete como tal. Nuestra posición no es contraria a la perfumería sintética tradicional; simplemente, hacemos otra cosa. Nuestro rasgo distintivo tiene que ver con una forma distinta de entender el proceso y la composición de nuestros productos, a los que llamamos capturas olfativas para no confundir al consumidor.
Desdichadamente, existe la idea generalizada de que un perfume debe acompañarte dondequiera que vayas y despertar la atención y admiración de quien entre en el amplio y expansivo campo de acción de su fragancia. La utilización de esencias sintéticas y otros productos derivados del petróleo asegura ese extraordinario poder de permanencia y atracción. Pero en realidad se trata solo de un disfraz. A la gente le gusta disfrazarse. Nada podemos decir en contra de eso. Nuestro objetivo se sitúa unos pasos más allá, en busca de una mayor conexión personal con una naturaleza que nos fascina, explica y supera. El olfato es, sin lugar a dudas, el sentido más primitivo y animal. Por ello nos parece el vehículo ideal para lograr nuestro objetivo.
Y aquí es donde la utilización exclusiva de materias 100% naturales adquiere su
sentido. La educación olfativa de nuestra sociedad es muy pobre: nos rodean fragancias sintéticas destinadas a encubrir los olores de otras cosas. En edificios públicos, restaurantes, aeropuertos e incluso en la intimidad de nuestras casas, el olor se neutraliza, se maquilla y se embellece. En el caso de los perfumes, la cuestión resulta inquietante, ya que incluso la maravillosa fragancia del jazmín se ha conseguido “embellecer”. Las notas sintéticas se suelen producir aislando la molécula que resulta dominante en la esencia natural, y solo esa. En cambio, los materiales naturales están formados por cientos de moléculas, que otorgan una deliciosa complejidad repleta de matices.
Cuando hablamos de materias 100% naturales queremos decir que todas las materias utilizadas para dotar a nuestras capturas de su característico aroma son aceites esenciales y absolutos de la mayor calidad, provenientes de maderas, resinas, hojas y flores de cultivo o de recolección salvaje. No aceptamos ningún tipo de aceite rectificado o modificado. También utilizamos hidrolatos destilados por arrastre de vapor y tinturas maceradas, realizadas en nuestras instalaciones con plantas que han sido recolectadas por nosotros en sus espacios de origen. Las ventajas de no aplicarse productos sintéticos en la piel son conocidas. No lo es tanto el hecho de que las fragancias naturales interactúan con nuestra epidermis, transformándose y adaptándose a quien las lleva, deviniendo personales y potenciando nuestra esencia.
Si bien es cierto que estas fragancias no permanecen de igual forma que las sintéticas, sus efectos en nuestro organismo son mucho más duraderos y su beneficio a largo plazo es incalculable. Uno no las lleva para “marcar su territorio” y venderse a los demás. Las lleva para sentirse bien, reconectarse con lo que hay de auténtico en él y finalmente, sí, para relacionarse con su entorno desde esa verdad.